Carlina White tenía 19 días de nacida cuando desapareció de la cuna del Hospital de la Ciudad de Nueva York. En ese momento, la infante estaba enferma. Tenía fiebre y su desaparición se convirtió en un gran misterio.
Desde el momento del rapto, el 4 de agosto de 1987, la Policía investigó pero nunca halló rastro de la menor, ni evidencias para acusar a un potencial sospechoso.
Joy White, la madre de la pequeña Carlina, sin embargo, nunca perdió la esperanza de recobrar a su hija y el pasado 4 de enero, una mujer que creció en Bridgeport, Connecticut, la llamó por teléfono.
Nejdra Nance, quien al presente vive en Atlanta, le mandó fotografías suyas que eran idénticas a las publicadas por las autoridades y que identificaban a Carlina White como una niña desaparecida en Nueva York.
Nance, de 23 años, le dijo a la mujer al otro lado de la línea telefónica que pensaba que ella podría ser su madre. Entonces, Joy llamó a la Policía de Nueva York para saber si podían investigar si esa persona era su hija.
El detective Martin Brown atendió la llamada de Joy. Eventualmente se tomaron muestras genéticas que coincidieron con las de Carl Tyson, padre de Carline, así como con las de Joy. Nedra era Carlina, la niña secuestrada en Harlem.
Joy ha logrado reencontrarse con su hija, pero además, en la emotiva reunión acaba de conocer a su nieta Samani, de cinco años.
“Ha sido un momento mágico”, reveló Elizabeth White, tía de Carlina. Explicó que información de cómo creció y vivió no han sido cuestionados todavía y dejo saber que lo más importante ha sido el reencuentro de madre e hija y de toda la familia.
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