Por Luis Ramón López
Los hongos, considerados en la antiguedad un verdadero manjar, plato exclusivo de la
familia real de aquel entonces, hoy en día, además, de su rico sabor y nutrición, sirve
para la cura de enfermedades como el sida, combate el cáncer, la hepatitis y otras dolen
cias humana.
Los faraones del antiguo Egipto, los romanos y los griegos, les tenían diferentes nombres
a esta exquisitez. Los romanos, le llamaban el alimento de los dioses, los Egiptos, un man
jar y los griegos creían que comerlo fortalecía a los soldados para la batalla.
Según la revista médica Applied Microbiology and Biotechnology, en medicina los hongos,
tienen más de cien usos, pese a que no son ni animal ni planta, lo cual lo distingue del rei
no animal y vegetal, y hoy día los clasifican en una categoría propia: el reino de los hongos.
Los hongos comestibles, no los silvestre, son muy nutritivos y constituyen una valiosa fuen
te de fibra, proteína, minerales y vitaminas. Se sabe que existen unas dos mil variedades
que tienen propiedades medicinales.
Su cultivo requiere un sistema único y cuidadoso, pertenecen a una familia de organismos
que incluye los mildius y los mohos. No son recomendables para el consumo humano aquellos
que crecen de forma silvestre, los cuales pueden resultar muy peligrosos.
Los hongos que se dan en los montes húmedos, como la Amanita phalloides, llamada en al
gunos lugares y países "sombrero de la muerte", por su parecido a otras variedades comes
tibles.
Una de la variedad medicinal más reconocida es la ostra, que sirve para curar enfermedades,
según estudios, tan terrible como el sida , la enfermedad de Alzheimer y el cáncer.
Nunca coma hongos silvestres por su mortalidad. Así que siga las reglas recomendadas por
los expertos, que son quienes determinan cuales son seguros para el consumo humano.
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