Nueva
York, 26 oct (EFE).- El gobernador del estado de Nueva York, Andrew
Cuomo, declaró hoy el estado de emergencia ante la posible llegada del
huracán "Sandy" a la costa este de EE.UU., mientras que el Ayuntamiento
de la Gran Manzana y el vecino estado de Nueva Jersey han incrementado
los preparativos de alerta. "Todos estamos tomando las mayores
precauciones", afirmó Cuomo en un comunicado, en el que recordó la
experiencia del huracán "Irene" durante el año pasado, que causó
inundaciones y graves daños en algunos puntos de la ciudad de Nueva York
y de esos dos estados.
El estado de emergencia permitirá a las
autoridades locales acceder a recursos estatales para poder acelerar la
respuesta en caso de que sea necesario, y también se ha pedido a las
unidades militares de la Guardia Nacional que estén preparadas por si
fuera necesaria su intervención.
El Centro Nacional de Huracanes (CNH) de EE.UU. no
prevé que "Sandy" vaya a perder su categoría de huracán durante el fin
de semana, sino que seguirá así hasta que toque tierra, el lunes o el
martes, en algún lugar entre los estados de Virginia, Maryland, Delaware
y Nueva Jersey.
Aunque este huracán es solo de categoría 1, el
lunes será el día de marea alta máxima, por lo que se teme que las
fuertes lluvias puedan provocar inundaciones en las zonas bajas de Nueva
Jersey y Nueva York en torno al río Hudson.
Por su parte, el gobernador de Nueva Jersey, Chris
Christie, pidió hoy a los habitantes del estado que se preparen y que
estén informados del recorrido de la tormenta.
"Si bien la pista exacta de "Sandy" es todavía
incierta, Nueva Jersey tiene el potencial de experimentar un gran
impacto de los vientos fuertes, lluvias intensas, inundaciones y cortes
de energía", advirtió.
Además, Christie señaló que el centro de
operaciones de emergencia del Estado ya se activó esta mañana para
coordinar los preparativos relativos a la tormenta.
La ciudad de Nueva York también se prepara ante la
posible llegada del huracán y su alcalde, Michael Bloomberg, anunció
hoy en una rueda de prensa que se estudia la posibilidad de cerrar
algunos puentes de la isla de Manhattan debido al riesgo de que se
produzcan inundaciones.
Bloomberg no requirió a los residentes de las
zonas bajas que evacúen estas áreas, aunque sí que tomen medidas y se
mantengan en alerta sobre el transcurso de la tormenta.
"El domingo anunciaremos si se cerrarán las escuelas el lunes o no", añadió el alcalde.
Solamente en la ciudad de Nueva York, unas 375.000 personas viven en zonas bajas susceptibles de sufrir inundaciones.
Además, recomendó a los neoyorquinos que a partir del domingo se mantengan fuera de los parques de la ciudad.
Bloomberg también pidió a los ciudadanos que
compren productos básicos, estén preparados para posibles cortes de
electricidad y tengan listas bolsas con artículos de primera necesidad
por si tuvieran que dejar sus viviendas de forma inesperada.
El Servicio Meteorológico Nacional pronosticó
vientos sostenidos de 40 a 65 millas por hora (de 64 a 105 kilómetros
por hora) a partir del lunes, y según indicó Bloomberg, si las rachas
superan las 39 millas (63 km/h), se podría paraliza el servicio de
transporte metropolitano.
El estado de Nueva York ha ordenado que las redes
de transporte público, los puentes y túneles y la Autoridad Portuaria
hagan todo tipo de preparativos (como limpieza de desagües) para
minimizar los posibles daños a las infraestructuras.
Mientras, la bolsa de Nueva York anunció que ha realizado preparativos de contingencia para asegurar su funcionamiento.
Algunos medios de comunicación han llamado ya a
este huracán "Frankenstorm", ya que se espera que aparte de fuertes
lluvias cause abundantes precipitaciones de nieve en las montañas
Apalaches y Adirondacks durante los días en los que se celebran las
fiestas de Halloween.
También se teme que el huracán pueda impactar a
las refinerías de la zona de Nueva York, Nueva Jersey y Pensilvania,
donde se procesa aproximadamente el 6,5 % de los combustibles que
consume EE.UU., así como al transporte marítimo de petróleo y derivados
de la región. EFE