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miércoles, 6 de junio de 2012
Anciana que ofreció joya a Primera Dama, logró su sueño de hacerle entrega personal por su valor histórico
SANTO DOMINGO.- La primera dama, Margarita Cedeño de Fernández, recibió la tarde de este miércoles el brazalete que le ofreció como obsequio la anciana Lucila Ozema Aybar.
Duante un acto en el Despacho de la Primera Dama, Aybar, quien viajó desde El Seibo, dijo que entregaba la joya a a vicepresidenta electa por “inteligente, capaz, laboriosa y hermosa”.
Explicó que la joya era de su abuela porque se la había comprado a Trina de Moya, esposa del ex presidente Horacio Vásquez, pero como fue su primera nieta la heredó.
Manifestó que tenía más de dos años tratando de comunicarse con la primera dama para entregarle el obsequio, cuyo valor ha sido calculado en más de un millón de pesos.
En el acto estuvo presente Jossan Capell, hijo de la anciana de 87 años, quien a su vez le entregó una carta a lavicepresidenta electa.
Cedeño de Fernández se colocó la prenda, la bendijo y le agradeció a la señora que la haya escogido para que portara la joya con un alto valor histórico como esa.
Más de 37 impresionantes cuevas y cavernas existen en la R.D. y Hato Mayor lleva la primacía al ser declarada "Provincia Ecoturistica"
HATO MAYOR-Declarada la primera provincia ecoturística del país, mediante la Ley
77-02, esta ciudad contiene innumerables cavernas, algunas de ellas ya
famosas y otras que no han sido exploradas por geólogos y
ambientalistas, a sabienda de la existencia de más de 37 cuevas con
espaciosas y espectaculares salas, que invitan al turismo de aventuras
en el país.
Algunas de estas cavernas, como la Fun Fun, Doña Ana y la de Moña Gorry, ya son famosas por el tours de caminatas a pie y a caballo por los bosques húmedos que te llevan a sus puertas de entradas.
La Fun Fun, localizada en la comunidad de Capote, sección Don López, a unos 17 kilómetros al oeste de Hato Mayor, es la más visitada y en su entorno hay un restaurant, instalado por la familia Barceló Salas, que regentean el turismo de aventuras.
Aquí las cabalgatas a caballos y las caminatas a pie por el bosque de Rancho Capote hasta llegar a la entrada de la caverna son excitantes y provocan que el visitante se vaya enamorando del ambiente, que se va consiguiendo en cada paso que se da hasta precipitarse por poleas y focos con luces a la profundidad de la ruta, donde espera el agua fría del río Almirante, que recorre subterráneamente la oscura profundidad.
En principio parece tenebroso bajar a la profundidad, pero la confianza se va recobrando con las explicaciones que dan los guías turísticos sobre la existencia de las estalagmitas y estalactitas, rocas empuyadas que tanto crecen de arriba hacia abajo y viceversa dentro de las salas.
La cueva Fun Fun tiene unos tres kilómetros explorables, de 10 en total, a la que le cruza el río Almirante, que nace en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises.
El tours subterráneo en la Fun Fun tienes una duración de cuatro horas, tiempo para la imaginación y poner la adrenalina a correr por el cuerpo.
Viajando por Hato Mayor está de Santo Domingo a unos 125 kilómetros y por la Autovía de Samaná a 101 kilómetros.
Antes de llegar a la caverna, el visitante queda encantado por los pastizales y frondosos árboles de amapola, javilla, ceiba, algarrobo, anón, castaña, plantaciones de cítricos, y si es tiempo de mangos, como ahora, disfrutará de la fruta que tanto abundan en la zona.
Para llegar hay que caminar sobre la carretera empinada que bordean el famoso pico de Peña Alta, que forma parte de la correa de montañas que abrazan la Cordillera Oriental, que por lo agradable del clima y la buena pluviometría te invitan a ver flores diversas, ríos y arroyos en toda su trayectoria de 22 kilómetros.
El arte rupestre impreso en las rocas y las estalactitas te llevan a la antigüedad, cuando el hombre vivía en cavernas para sobrevivir a las inclemencias del tiempo.
Su nombre deviene del sonido que provocan los murciélagos al notar la presencia humana, según la tradición histórica.
Algunas de estas cavernas, como la Fun Fun, Doña Ana y la de Moña Gorry, ya son famosas por el tours de caminatas a pie y a caballo por los bosques húmedos que te llevan a sus puertas de entradas.
La Fun Fun, localizada en la comunidad de Capote, sección Don López, a unos 17 kilómetros al oeste de Hato Mayor, es la más visitada y en su entorno hay un restaurant, instalado por la familia Barceló Salas, que regentean el turismo de aventuras.
Aquí las cabalgatas a caballos y las caminatas a pie por el bosque de Rancho Capote hasta llegar a la entrada de la caverna son excitantes y provocan que el visitante se vaya enamorando del ambiente, que se va consiguiendo en cada paso que se da hasta precipitarse por poleas y focos con luces a la profundidad de la ruta, donde espera el agua fría del río Almirante, que recorre subterráneamente la oscura profundidad.
En principio parece tenebroso bajar a la profundidad, pero la confianza se va recobrando con las explicaciones que dan los guías turísticos sobre la existencia de las estalagmitas y estalactitas, rocas empuyadas que tanto crecen de arriba hacia abajo y viceversa dentro de las salas.
La cueva Fun Fun tiene unos tres kilómetros explorables, de 10 en total, a la que le cruza el río Almirante, que nace en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional de Los Haitises.
El tours subterráneo en la Fun Fun tienes una duración de cuatro horas, tiempo para la imaginación y poner la adrenalina a correr por el cuerpo.
Viajando por Hato Mayor está de Santo Domingo a unos 125 kilómetros y por la Autovía de Samaná a 101 kilómetros.
Antes de llegar a la caverna, el visitante queda encantado por los pastizales y frondosos árboles de amapola, javilla, ceiba, algarrobo, anón, castaña, plantaciones de cítricos, y si es tiempo de mangos, como ahora, disfrutará de la fruta que tanto abundan en la zona.
Para llegar hay que caminar sobre la carretera empinada que bordean el famoso pico de Peña Alta, que forma parte de la correa de montañas que abrazan la Cordillera Oriental, que por lo agradable del clima y la buena pluviometría te invitan a ver flores diversas, ríos y arroyos en toda su trayectoria de 22 kilómetros.
El arte rupestre impreso en las rocas y las estalactitas te llevan a la antigüedad, cuando el hombre vivía en cavernas para sobrevivir a las inclemencias del tiempo.
Su nombre deviene del sonido que provocan los murciélagos al notar la presencia humana, según la tradición histórica.
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