HATO MAYOR-Declarada la primera provincia ecoturística del país, mediante la Ley
77-02, esta ciudad contiene innumerables cavernas, algunas de ellas ya
famosas y otras que no han sido exploradas por geólogos y
ambientalistas, a sabienda de la existencia de más de 37 cuevas con
espaciosas y espectaculares salas, que invitan al turismo de aventuras
en el país.
Algunas de estas cavernas, como la Fun Fun, Doña Ana y
la de Moña Gorry, ya son famosas por el tours de caminatas a pie y a
caballo por los bosques húmedos que te llevan a sus puertas de entradas.
La
Fun Fun, localizada en la comunidad de Capote, sección Don López, a
unos 17 kilómetros al oeste de Hato Mayor, es la más visitada y en su
entorno hay un restaurant, instalado por la familia Barceló Salas, que
regentean el turismo de aventuras.
Aquí las cabalgatas a caballos y
las caminatas a pie por el bosque de Rancho Capote hasta llegar a la
entrada de la caverna son excitantes y provocan que el visitante se vaya
enamorando del ambiente, que se va consiguiendo en cada paso que se da
hasta precipitarse por poleas y focos con luces a la profundidad de la
ruta, donde espera el agua fría del río Almirante, que recorre
subterráneamente la oscura profundidad.
En principio parece
tenebroso bajar a la profundidad, pero la confianza se va recobrando con
las explicaciones que dan los guías turísticos sobre la existencia de
las estalagmitas y estalactitas, rocas empuyadas que tanto crecen de
arriba hacia abajo y viceversa dentro de las salas.
La cueva Fun
Fun tiene unos tres kilómetros explorables, de 10 en total, a la que le
cruza el río Almirante, que nace en la zona de amortiguamiento del
Parque Nacional de Los Haitises.
El tours subterráneo en la Fun
Fun tienes una duración de cuatro horas, tiempo para la imaginación y
poner la adrenalina a correr por el cuerpo.
Viajando por Hato Mayor está de Santo Domingo a unos 125 kilómetros y por la Autovía de Samaná a 101 kilómetros.
Antes
de llegar a la caverna, el visitante queda encantado por los pastizales
y frondosos árboles de amapola, javilla, ceiba, algarrobo, anón,
castaña, plantaciones de cítricos, y si es tiempo de mangos, como ahora,
disfrutará de la fruta que tanto abundan en la zona.
Para llegar
hay que caminar sobre la carretera empinada que bordean el famoso pico
de Peña Alta, que forma parte de la correa de montañas que abrazan la
Cordillera Oriental, que por lo agradable del clima y la buena
pluviometría te invitan a ver flores diversas, ríos y arroyos en toda su
trayectoria de 22 kilómetros.
El arte rupestre impreso en las
rocas y las estalactitas te llevan a la antigüedad, cuando el hombre
vivía en cavernas para sobrevivir a las inclemencias del tiempo.
Su nombre deviene del sonido que provocan los murciélagos al notar la presencia humana, según la tradición histórica.
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