La seguridad ha sido reforzada en la embajada
de los Estados Unidos en Santo Domingo, a raíz del atentado que provocó
la muerte de embajador estadounidense en Libia.
Desde las 7:00 de la mañana de hoy en el lugar fueron apostados unos 20 agentes policiales del Campamento Duarte de la Policía, entre ellos de los denominados cascos negros.
Los agentes están diseminados en la parte frontal de la embajada, ubicada en la avenida Leopoldo Navarro, así como en la esquina César Nicolás Penson. La seguridad se extiende hasta la calle Caonabo.
Uno de los celadores, que no ofreció su nombre, dijo que recibieron órdenes para aumentar la seguridad, y que no saben hasta cuándo permanecerán en el lugar.
El embajador estadounidense y otros tres norteamericanos murieron en un ataque contra el consulado en la ciudad oriental de Bengasi, en Libia, a manos de manifestantes furiosos por una película que se burla del profeta islámico, Mahoma.
Chris Stevens murió el martes por la noche cuando él y un grupo de empleados de la embajada fueron al consulado a tratar de evacuar el personal. Stevens murió por asfixia debido al humo.
Tras el hecho el presidente Barack Obama ordenó reforzar la seguridad en las embajadas estadounidenses en todo el mundo.
Desde las 7:00 de la mañana de hoy en el lugar fueron apostados unos 20 agentes policiales del Campamento Duarte de la Policía, entre ellos de los denominados cascos negros.
Los agentes están diseminados en la parte frontal de la embajada, ubicada en la avenida Leopoldo Navarro, así como en la esquina César Nicolás Penson. La seguridad se extiende hasta la calle Caonabo.
Uno de los celadores, que no ofreció su nombre, dijo que recibieron órdenes para aumentar la seguridad, y que no saben hasta cuándo permanecerán en el lugar.
El embajador estadounidense y otros tres norteamericanos murieron en un ataque contra el consulado en la ciudad oriental de Bengasi, en Libia, a manos de manifestantes furiosos por una película que se burla del profeta islámico, Mahoma.
Chris Stevens murió el martes por la noche cuando él y un grupo de empleados de la embajada fueron al consulado a tratar de evacuar el personal. Stevens murió por asfixia debido al humo.
Tras el hecho el presidente Barack Obama ordenó reforzar la seguridad en las embajadas estadounidenses en todo el mundo.