Reportes previos indicaron que el número de muertos luego de la tragedia del domingo era de 70, pero se esperaba que la cifra se elevara.
El Boeing 727 de Iran Air con 106 pasajeros a bordo se estrelló cuando intentaba aterrizar en medio de malas condiciones climáticas en la ciudad de Urumiyeh, localizada en una zona montañosa cerca de la frontera con Turquía, alrededor de 1.000 kilómetros al noroeste de Teherán.
“Desafortunadamente, perdimos a 77 de nuestros ciudadanos y otros 27 están heridos”, dijo el funcionario local Nosrat Mollazadeh, citado por la agencia estatal de noticias IRNA.
El presidente Mahmoud Ahmadinejad ordenó y aceleró la investigación, mientras IRNA reportó que la caja negra del avión había sido encontrada.
“El Gobierno ha declarado tres días de duelo en la provincia”, señaló la agencia.
La televisión estatal mostró los escombros del avión, que parecía haberse quebrado en varias partes por el impacto. El fuselaje tenía varios agujeros y algunas partes se abrieron en medio del vuelo mientras caía la nieve.
Irán ha sufrido una serie de accidentes en las últimas décadas. Las sanciones estadounidenses contra la república islámica le han impedido adquirir nuevas naves o partes de aviones a Occidente.
El último gran accidente de avión en Irán se produjo en julio del 2009, cuando una nave Tupolev de Caspian Airlines que se dirigía a Armenia se incendió en pleno vuelo y se estrelló en una granja cerca de la ciudad de Qazvin, causando la muerte de 168 personas.
Uno de los peores accidentes de este tipo ocurridos en el país se registró en febrero del 2003, cuando una nave iraní Ilyushin-76 se estrelló en el sureste de Irán, provocando la muerte de los 276 soldados de la Guardia Revolucionaria y miembros de la tripulación que iban a bordo.
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