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jueves, 2 de agosto de 2012

Decisión del gobierno de prohibir importación de ropas usadas, crea preocupación en sectores pobres del país

SANTO DOMINGO.-Alarma, desasosiego e indignación produjo este jueves entre  importadores,  vendedores y compradores de ropa usada,  la decisión del Gobierno de prohibir la entrada al país de pacas con esa mercancía.

La medida pone en peligro un negocio que mueve millones de pesos diariamente y se ha convertido en una alternativa de trabajo para  miles de personas que no han encontrado cabida en el mercado laboral formal.

El director de Aduanas, Rafael Camilo, justificó la medida afirmando que el negocio de la ropa usada hace una competencia desleal a la industrial textil.

El presidente de la Organización Nacional de Empresas Comerciales (Onec), Antonio Ramos, reconoció ayer que el negocio de  ropa usada mueve alrededor de RD$1,135 millones anuales.

Aseguró que más de 1,000 furgones en los que  transportan alrededor de 25,000 toneladas de productos textiles, son enviados a República Dominicana cada año.

La ropa en paca constituyen una alternativa ante los bajos salarios en los sectores públicos y privadas, por lo que no es extraño ver una ejecutiva de empresas vistiendo una elegante chaqueta Cristian Dior que compró por RD$150.

 A las 8:00 de la mañana había en la intersección de la Duarte con París una hilera de mujeres de diversos puntos y estratos esperando que abrieran las tiendas importadoras de pacas para comprar piezas de ropas a 5, 10 y 20 pesos y luego revenderlas a  precios que, en la mayoría de los casos, no pasan de RD$200.

Otras buscaban afanosamente entre grandes paquetes de vestidos, blusas, camisas, pantalones, chaquetas, abrigos y todo tipo de artículos de vestir usados, que se expenden en esa importante arteria comercial, para uso propio.

Las escenas se repiten en diferentes puntos de la capital y el interior del país.

 Mario de la Rosa Rosa llegó muy temprano a operar su negocio de ropas usadas en la calle París y consideró la prohibición gubernamental como uno abuso que aumentará la situción de miseria que vive la mayoría de los dominicanos.

Alfredo García afirmó que lleva cinco años operando el negocio con más de 20 empleados.
 “Si mi negocio desaparece, esas personas quedarán sin empleo, en un país que tener un empleo es un lujo”, precisó García.

¿De qué voy a vivir si no hay pacas? se preguntó Francia Espinal, quien  dijo que llegó al lugar a las 7:00 de la mañana, procedente de Los Alcarrizos, para surtir una pequeña tienda de ropa usada que tiene en su casa.

“Mis tres hijos y mi esposo visten de pacas, porque la ropa en tienda es muy cara y la que tiene precios asequibles es de muy baja calidad”, afirmó Carmen Encarnación, una empleada privada.

Dijo que en lugar de presionar para que desaparezca la venta de ropas usadas, los dueños de tiendas deben buscar alternativas para bajar sus precios.


En Santiago protestan

La periodista Lusbania Santos reportó el descontento que la prohibición de entrar al país ropa usada causó entre compradores y vendedores. Los inconformes calificaron la medida como abusiva, antisocial y tentatoria contra la economía de  República Dominicana.

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