BONAO.-
Es una rutina diaria de Juan Lora Concepción, alias Marón, de 102 años
de edad, salir bien temprano por las calles de Bonao a vender chicharón
con guineos hervidos y plátanos fritos.
¡Chicharrón,
chicharoneros, corran que me voy!, son las palabras que siempre lo
acompañan, al igual que una lata llena de alimentos.
Se pasea por los lugares a ofertar su mercancía donde hay muchas gentes.
Lora
Concepción, quien vive en la calle España de esta ciudad, refiere que
le gusta trabajar y que dejará de ganarse la vida cuando se muera.
Cuando
le preguntamos por su edad, dice que nació en el 1910, durante el
gobierno de Lilis (Ulises Heureaux) y añade que cuando gobernaba el
presidente Horacio Vásquez ya trabajaba echando día a cinco cheles.
“Con
eso poco que ganaba compraba mi comida, que era barata. Pero en ese
tiempo había poco dinero, donde una libra de arroz costaba dos motas,
una libra de carne un chele y la leche y los víveres eran regalados.
Los ríos estaban llenos de peces y camarones”, rememora.
Con
su piel arrugada y una mirada de tristeza, el anciano señala que ha
hecho todas clases de trabajo, menos robar, y que no conoce la puerta de
un cuartel de la Policía.
Dice que su padre, Bertilio Lora,
siempre le decía: "Mi hijo hay que ser honrado, pues es el único tesoro
que uno se lleva a la tumba".
Con relación al gobierno de Rafael
Leónidas Trujillo Molina, Lora Concepción se queda pensativo un rato y
dice: Había respeto y orden en el país, pero no había libertad, éramos
esclavos, el pueblo vivía con temor y miedo.
"Quién robaba dos veces en la Era de Trujillo le daban un chance y a la tercera vez que robaba lo mataban". Aduce.
Dice
que llegó a casarse dos veces. Una con una mujer que identifica como
Mercedes y la otra Juana, con quienes procreó dos hijos, una hembra y un
varón, multiplicando su familia a decenas nietos, bisnietos,
tataranietos y chornos.
“Mi familia la crie en un ambiente de
pobreza, pero le enseñé a vivir con dignidad. Mi meta en este mundo es
seguir trabajando hasta el fin de mi vida”, dice con humildad.
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