Por Nicolás Arroyo Ramos
MOCA.- Jesús María Hilario (El Maestro Sanz), pronto cumplirá 60 años de edad, 45 de los cuales los ha consagrado a la enseñanza del fútbol y al entrenamiento de niños, jóvenes y adultos de esta localidad, la región y el país, pero ahora ya cansado y agobiado por el peso de los años y el deterioro de su salud, espera que el Estado le otorgue una pensión permanente con la cual poder vivir con dignidad, los últimos días de su vida, y lograr comprar la comida, medicina, ropa y pagar la casita donde reside.
Sanz, aunque es una figura emblemática del fútbol mocano y del deporte nacional, y considerado uno de los mejores entrenadores y formadores de jugadores de balompié, no tiene fortuna económica y las condiciones en que vive son muy precarias, pero lleva estampado en su corazón el orgullo de haber trabajado en la formación de miles de niños, jóvenes y adultos de barrios y comunidades rurales de Moca, la región y todo el territorio nacional, a muchos de los cuales rescató del mundo de los vicios y evitó que cayeran en la violencia, delincuencia y criminalidad.
“Me siento orgulloso de la formación que he dado a muchos futbolistas de Moca, a miles de niños, jóvenes y adultos que hoy son ejemplo en la sociedad y han calado importantes posiciones como profesionales en distintas áreas, los deportes, funcionarios públicos, la cultura, el comercio, la industria y la política, ese es el orgullo que me llevo a la tumba el día que me muera, ya que no he logrado acumular fortuna económica con el trabajo hecho como entrenador”, expone el reconocido entrenador de futbol mocano.
Bruno Báez, quien fuera durante décadas, un destacado jugador de la selección nacional de esa disciplina, define al entrenador Sanz, como “El verdadero Padre del futbol mocano”, porque sin su consagración a la enseñanza y entrenamiento de niños y jóvenes y adultos en el futbol, la ciudad de Moca, nunca hubiera logrado cosechar los logros que tubo a nivel nacional e internacional.
“El maestro Sanz es la persona que más ha hecho por el desarrollo del futbol mocano, al ensenar a miles de niños, jóvenes y adultos, pero especialmente a evitar que cayeran en el mundo de los vicios y la delincuencia, pienso que la sociedad mocana tiene una gran deuda con esta persona y considero que es merecedor de la entrega de una pensión permanente con la cual poder vivir dignamente los últimos días de su vida:, expresa el que fuera una gran gloria del balompié en el país.
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