AP
AMARILLO, Texas -- La última de las más poderosas bombas nucleares de Estados Unidos –un artefacto cientos de veces más potente que la bomba arrojada en Hiroshima– está siendo desmantelada casi medio siglo después de que fuera puesta en servicio en la cúspide de la Guerra Fría.
Los últimos componentes de la bomba B53 serán desarmados el martes en la Planta Pantex cerca de Amarillo, Texas, la única instalación de ensamble y desmantelamiento de armas nucleares del país.
La culminación del programa de desensamblaje está adelantado un año de lo previsto, informó la Administración Nacional de Seguridad Nuclear (NNSA), que forma parte del Departamento de Energía de los Estados Unidos, y se alínea con la meta del presidente Barack Obama de reducir el número de armas nucleares.
Thomas D’Agostino, jefe de la NNSA, dijo que la eliminación de la bomba es “un hito importante”.
Puesta en servicio por primera vez en 1962, cuando las tensiones de la Guerra Fría de hallaban en su máximo nivel durante la Crisis de los misiles en Cuba, la B53 de 4.536 kilos (10,000 libras) era del tamaño de una minivan. De acuerdo con la Federación Estadounidense de Científicos, era 600 veces más potente que la bomba atómica arrojada en Hiroshima, Japón, al final de la Segunda Guerra Mundial.
La B53 fue diseñada para destruir instalaciones subterráneas, y era transportada por bombarderos B-52.
Dado que fue construida usando tecnología ahora obsoleta por ingenieros que ya se jubilaron o murieron, el desarrollo de un proceso de desensamblaje tomó tiempo. Los ingenieros tuvieron que desarrollar herramientas complejas y nuevos procedimientos para garantizar la seguridad.
“Sabíamos desde el principio que esto sería un desafiante proyecto, y creamos un equipo excepcional con todos nuestros socios para desarrollar una manera de lograr este objetivo de manera segura y eficiente”, dijo John Woolery, gerente general de la planta.
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