Motivados por esa problemática, el Centro de Operaciones de Emergencia (COE), la Presidencia de la República y el Ministerio de Educación tienen previsto reunirse el próximo 27 de este mes para iniciar la elaboración de un proyecto de educación en riesgos para prevenir incidentes y que los escolares sepan cómo comportarse antes, durante y después de un terremoto.
Según el director del COE, general de brigada, Juan Manuel Méndez García, esa iniciativa se enmarca dentro de las estrategias que pretenden implementar en coordinación con otras instituciones, debido a que el COE solo no da abasto para esa labor.
El funcionario reconoció que es necesario vencer las barreras que existen para poder impulsar una gran campaña educativa en la población sobre situaciones de emergencias. Entiende que el programa educativo podría extenderse a las universidades, pese a que aún el COE no ha establecido contacto con el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología ni con las universidades.
El general Méndez García recordó que todas las instituciones que pertenecen al COE tienen el compromiso de hacer planes de contingencia y darlos a conocer entre sus empleados.
“El éxito de Cuba y de otros países se basa en la educación. Nadie nos va a despintar siendo un país con antecedentes sísmicos de terremotos. Entonces por qué no educarnos con miras a posibles eventos que puedan ocurrir”, expresó Méndez García.
Actualmente COE elabora un Plan de Contingencia para tsunamis que podría estar listo en dos meses. El organismo está esperando que técnicos del Comando Sur de Estados Unidos vengan al país para elaborar con su apoyo folletos educativos, los cuales estarán listos antes del plan. Previo a esas declaraciones, el director del Instituto de Sismología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Eugenio Polanco Rivera, consideró que en el país no se han tomado las medidas necesarias para prevenir los riesgos, que hace falta un programa educativo para orientar a la población sobre qué hacer en caso de un terremoto, planes de desarrollo y un estudio de suelo para tener un control sobre su uso y clasificación.
Su percepción es compartida por el geólogo Osiris de León, miembro de la Academia de Ciencias. El experto en comportamientos telúricos expresó que hace falta elaborar un estudio de microzonificación sísmica, que implica medir la velocidad de las ondas sísmicas según el tipo de suelo y posteriormente compararlo con cartografías.
De esa manera, se determinaría cuáles suelos tienen rocas de mejor calidad para construir y cuáles no. En ese caso, las tierras podrían usarse para sembradíos.
Antecedentes
De León recordó que la Ley 64-00, sobre Medio Ambiente, le otorgaba tres años al Gobierno para que elaborara un Plan de Reordenamiento Territorial, lo que debió hacerse en el 2003. En el país se recuerda el tsunami que ocurrió el 4 de agosto del 1946. El fenómeno natural produjo muchos daños en las costas del noreste. Los pueblos más afectados fueron Matancitas, Nagua, El Juncal, Punta Morón, Las Cañitas, Río Boba, El Bajío, Samaná, Sánchez, Sabana de la Mar, Río San Juan y Miches.
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