Los federales reactivaron la búsqueda debido a que desde el 2005 ella y su hijo escaparon de la justicia tras ser acusados por un jurado en Fort Myers (Florida) el 17 de agosto de ese mismo año.
Montás era propietaria de un salón de belleza, que según los fiscales utilizaba como camuflaje para encubrir sus actividades criminales y era ayudada por su hijo. Mujeres de diferentes países de América Latina, fueron reclutadas por la dominicana con supuestas ofertas de empleo, pero fueron a dar a prostíbulos, asegura el FBI.
La prófuga que utiliza varias identidades falsa, pagaba deudas que las mujeres contraían con “coyotes” (traficantes de personas) y las cobraba forzándolas a prostituirse.
Su hijo está acusado además de haber manejado las operaciones de su madre en los burdeles y de ser el recaudador y administrador del dinero que cobraban a los clientes de las meretrices.
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