La normativa, que afectará a los más de 1.700 parques públicos de Nueva York y sus 22 kilómetros de playas, debe ser firmada ahora por el alcalde de la ciudad y entrará en vigor noventa días después de esa ratificación.
Según el presidente de la Federación De Bodegueros, José B. Fernández, los ese sector será de los más afectados.
Aunque la medida ha ganado alguna aceptación entre la comunidad neoyorquina debido a su efecto positivo en la salud, la nueva ley podría comenzar a tener un efecto contraproducente para el estado y los pequeños negocios. Según Fernández, el estado recibe más de US$200 millones al año en impuesto directo de las ventas del cigarrillo en las bodegas.
Más del 80% de estas bodegas están en manos de dominicanos, puntualizó Fernández.
Para el bodeguero José Pérez, de “Pérez Grocery”, la aprobación de la norma es “un exceso” en contra de quienes consumen cigarrillos. En la sesión del miércoles pasado, los críticos del proyecto denunciaron los peligros del tabaco, pero dijeron que con esta prohibición el gobierno se estaba extralimitando.
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