LICEY AL MEDIO.-Crescencio García Mata en el acta de nacimiento, Krency en la tarjeta
del matrimonio y El Prodigio para el pueblo, ya es el marido de Sterlyn
Ramírez Hernández. Con el cielo como techo, la pareja se unió en
matrimonio el pasado lunes en un salón de actividades en la carretera
Licey al Medio de Santiago.
A esta hora, en un hotel de Punta Cana, el acordeonista disfruta de una luna de miel de 72 horas, pues la agenda –confirman allegados- presenta compromisos ineludibles.
Sin la presencia de Juan Luis Guerra, Héctor Acosta y las musas de la televisión invitadas a la ceremonia, la novia, psicóloga de profesión y teatrista por convicción, cruzó la senda del jardín debajo de una mantilla y de la mano de su padre Pastor Ramírez.
Al fondo le esperó el artista, impecable, con una sonrisa de oreja a oreja y el pelo recortadito. Nada de “artistismo” en el vestuario. Sobrios y elegantes, ambos, estuvieron oficialmente casados a las 8:42 p. m. por la jueza Yudelka Jorge. Dos besos y la bendición de Aladino García, tío del acordeonista, clausuraron los minutos formales.
Velas, rosas blancas y lirios cala por doquier. En la mesa 13 sentaron a Aureliano Guzmán, el empresario que le hizo quitar el bigote amarillo al Prodigio camino a una presentación en Santo Domingo en 1998. A la conducción del locutor José Miguel Ortiz (Papillón), maestro de ceremonias, le faltó menos estilo tarimero y más temple matrimonial.
Vestida por Manuel Palferez, modisto dominicano residente en Estados Unidos, la novia se gozó la boda, unas veces de la mano de su esposo y en muchas otras haciendo ronda con sus compañeros de PUCMM.
El atuendo nupcial, dato sin confirmar por los contrayentes, supuestamente costó 50 mil dólares.
La primera pieza en bailar juntos fue “The way you look tonight” (La forma en que te ves esta noche) y más tarde “Como yo” de Juan Luis Guerra. Como el astro de “Estrellitas y duendes” estaba invitado, mucha gente se mantuvo pendiente de la puerta a ver si, de sorpresa, se asomaba el inmenso Juan Luis.
Andrés Rosario y Aracelis Almonte, apadrinaron el enlace del acordeonista con la joven egresada de la escuela de psicología de PUCMM. Hubo asientos para 250 personas. Muchísimas estuvieron vacías.
La pareja, feliz y espontánea, se desplazaba de un lado a otro, reciprocándose cariños. Nunca estuvieron solos pues la gente le hacía ronda. El Ciego de Nagua, sentado al centro de la banda dijo “lo que uno tiene que hacer por los hijos”, pues se levantó “a las tres de la mañana” para abordar el avión que le trajo desde New York a tocarle a “su hijo”. Fefita la Grande, feliz y saltarina como niña con juguete nuevo y Bartolo Alvarado, le brindaron a la pareja un selecto manojo de temas tradicionales.
La pista se llenó de gente cautivada por el reino festivo de ambas glorias de la música típica.
La medianoche sumó más gozo con la juventud botada con el famoso “Baile del caballo” y la “La mala maña” del General Larguito. Sergio Vargas recibió la madrugada con los éxitos de siempre, en honor a Sterlyn y Krency.
Por dentro
Fanny Lora decoró el salón Yoveli Eventos con distintos tipos de flores blancas. El menú tenía ensalada de pollo suprema, de salmón y aguacate y ensalada griega. También camarones al natural servido en tres salsas y raviolis de queso en salsa pomo doro. Además, los invitados a recepción degustaron medallones de filete de res, jabalí asado a la puya, arroz integral y bolitas de papa gratinada. Una mesa de dulces completó la oferta gastronómica.
Elis Mesa maquilló la novia y el cortejo nupcial. La lista de invitados incluyó a Juan Luis Guerra, Héctor Acosta, Yovanny Polanco, Sergio Vargas Bartolo Alvarado, Sharmin Díaz, Luz García, Tania Báez, Enrique Crespo y Jenny Blanco. Solo se vio por Santiago a Sergio Vargas, el Ciego de Nagua y Enrique Crespo.
A esta hora, en un hotel de Punta Cana, el acordeonista disfruta de una luna de miel de 72 horas, pues la agenda –confirman allegados- presenta compromisos ineludibles.
Sin la presencia de Juan Luis Guerra, Héctor Acosta y las musas de la televisión invitadas a la ceremonia, la novia, psicóloga de profesión y teatrista por convicción, cruzó la senda del jardín debajo de una mantilla y de la mano de su padre Pastor Ramírez.
Al fondo le esperó el artista, impecable, con una sonrisa de oreja a oreja y el pelo recortadito. Nada de “artistismo” en el vestuario. Sobrios y elegantes, ambos, estuvieron oficialmente casados a las 8:42 p. m. por la jueza Yudelka Jorge. Dos besos y la bendición de Aladino García, tío del acordeonista, clausuraron los minutos formales.
Velas, rosas blancas y lirios cala por doquier. En la mesa 13 sentaron a Aureliano Guzmán, el empresario que le hizo quitar el bigote amarillo al Prodigio camino a una presentación en Santo Domingo en 1998. A la conducción del locutor José Miguel Ortiz (Papillón), maestro de ceremonias, le faltó menos estilo tarimero y más temple matrimonial.
Vestida por Manuel Palferez, modisto dominicano residente en Estados Unidos, la novia se gozó la boda, unas veces de la mano de su esposo y en muchas otras haciendo ronda con sus compañeros de PUCMM.
El atuendo nupcial, dato sin confirmar por los contrayentes, supuestamente costó 50 mil dólares.
La primera pieza en bailar juntos fue “The way you look tonight” (La forma en que te ves esta noche) y más tarde “Como yo” de Juan Luis Guerra. Como el astro de “Estrellitas y duendes” estaba invitado, mucha gente se mantuvo pendiente de la puerta a ver si, de sorpresa, se asomaba el inmenso Juan Luis.
Andrés Rosario y Aracelis Almonte, apadrinaron el enlace del acordeonista con la joven egresada de la escuela de psicología de PUCMM. Hubo asientos para 250 personas. Muchísimas estuvieron vacías.
La pareja, feliz y espontánea, se desplazaba de un lado a otro, reciprocándose cariños. Nunca estuvieron solos pues la gente le hacía ronda. El Ciego de Nagua, sentado al centro de la banda dijo “lo que uno tiene que hacer por los hijos”, pues se levantó “a las tres de la mañana” para abordar el avión que le trajo desde New York a tocarle a “su hijo”. Fefita la Grande, feliz y saltarina como niña con juguete nuevo y Bartolo Alvarado, le brindaron a la pareja un selecto manojo de temas tradicionales.
La pista se llenó de gente cautivada por el reino festivo de ambas glorias de la música típica.
La medianoche sumó más gozo con la juventud botada con el famoso “Baile del caballo” y la “La mala maña” del General Larguito. Sergio Vargas recibió la madrugada con los éxitos de siempre, en honor a Sterlyn y Krency.
Por dentro
Fanny Lora decoró el salón Yoveli Eventos con distintos tipos de flores blancas. El menú tenía ensalada de pollo suprema, de salmón y aguacate y ensalada griega. También camarones al natural servido en tres salsas y raviolis de queso en salsa pomo doro. Además, los invitados a recepción degustaron medallones de filete de res, jabalí asado a la puya, arroz integral y bolitas de papa gratinada. Una mesa de dulces completó la oferta gastronómica.
Elis Mesa maquilló la novia y el cortejo nupcial. La lista de invitados incluyó a Juan Luis Guerra, Héctor Acosta, Yovanny Polanco, Sergio Vargas Bartolo Alvarado, Sharmin Díaz, Luz García, Tania Báez, Enrique Crespo y Jenny Blanco. Solo se vio por Santiago a Sergio Vargas, el Ciego de Nagua y Enrique Crespo.
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