Al menos catorce muertos fueron reportados por la policía en un motín e incendio registrado dentro de una cárcel de una ciudad industrial del norte de Honduras, en donde prisioneros armados se atrincheraron e impedían el acceso de los bomberos y la policía para combatir las llamas y tomar control de la situación.
El comisario de la policía Yair Mesa informó a la AP desde dentro del presidio que "hay 13 muertos asfixiados y quemados". Además, un preso ha sido decapitado y su cabeza ha sido lanzada al exterior del penal.
La cifra de muertos por el momento es de 14.
Pero el general de los bomberos, Alfonso Medina, indicó que "aún puede haber más muertos en el interior del recinto, hasta 6 más" porque "una zona del penal está fuera del control de las fuerzas de seguridad".
También dijo que "querían ser muy prudentes" y que tratan de "abrir un proceso de conciliación entre presos y policía" ya que "aparentemente un grupo de personas que resiste en el interior podría disponer hasta de granadas".
El comisario Miguel Ponce de la unidad policial de elite "cobras" dijo que las unidades de intervención especial están "a la espera de recibir órdenes".
Según Mesa, "el origen del incendio ha sido... un motín de los internos en la propia panadería" y que "como los cuerpos están quemados no podemos determinar aun la causa de la muerte".
Agregó que fueron "los propios internos los que han sacado los cuerpos al patio del penal". La policía no tuvo que hacer uso de la fuerza para conseguir los cuerpos.
El incidente se registraba en un centro penitenciario de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país a unos 240 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
El jefe de bomberos de la localidad, José Danilo Flores, expresó que inicialmente sus hombres no fueron autorizados por "reos armados a entrar en el presidio para luchar contra el fuego".
La alarma cundió en la población y entre los parientes de los prisioneros que de inmediato recordaron la tragedia ocurrida el 14 de febrero en la cárcel de Comayagua, donde un incendió mató a 361 reos que estaban encerrados en varios sectores de ese recinto.
En 2004, en otro incendio en el penal de San Pedro Sula en 2004 murieron 107 reclusos.
El comisario de la policía Yair Mesa informó a la AP desde dentro del presidio que "hay 13 muertos asfixiados y quemados". Además, un preso ha sido decapitado y su cabeza ha sido lanzada al exterior del penal.
La cifra de muertos por el momento es de 14.
Pero el general de los bomberos, Alfonso Medina, indicó que "aún puede haber más muertos en el interior del recinto, hasta 6 más" porque "una zona del penal está fuera del control de las fuerzas de seguridad".
También dijo que "querían ser muy prudentes" y que tratan de "abrir un proceso de conciliación entre presos y policía" ya que "aparentemente un grupo de personas que resiste en el interior podría disponer hasta de granadas".
El comisario Miguel Ponce de la unidad policial de elite "cobras" dijo que las unidades de intervención especial están "a la espera de recibir órdenes".
Según Mesa, "el origen del incendio ha sido... un motín de los internos en la propia panadería" y que "como los cuerpos están quemados no podemos determinar aun la causa de la muerte".
Agregó que fueron "los propios internos los que han sacado los cuerpos al patio del penal". La policía no tuvo que hacer uso de la fuerza para conseguir los cuerpos.
El incidente se registraba en un centro penitenciario de San Pedro Sula, la segunda ciudad más importante del país a unos 240 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
El jefe de bomberos de la localidad, José Danilo Flores, expresó que inicialmente sus hombres no fueron autorizados por "reos armados a entrar en el presidio para luchar contra el fuego".
La alarma cundió en la población y entre los parientes de los prisioneros que de inmediato recordaron la tragedia ocurrida el 14 de febrero en la cárcel de Comayagua, donde un incendió mató a 361 reos que estaban encerrados en varios sectores de ese recinto.
En 2004, en otro incendio en el penal de San Pedro Sula en 2004 murieron 107 reclusos.
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