Por Mary E. Garcia y Grisbel Medina
Santiago, R. D.- El propulsor deportivo Cristobal Fidencio Garris, fallecio hace 35 anos y el tiempo
no ha podido echarle tierra a su legado y mucho menos a su frase emblema “Santiago es Santiago y las Águilas son las Águilas”, ratificada en cada triunfo aguilucho.
Al eslogan de Fidencio se suma otra expresión que resume la racha ganadora que durante años lució el conjunto amarillo de la pelota invernal dominicana.
Se trata de “recojan, que ganaron Las Águilas”, del narra-dor y cronista deportivo Santana Ma r t í - nez.
Un vistazo a las e n t r a ñ a s del nido de las “cuyayas” permite palpar el orgullo de la gente que durante el año aporta tiempo y talento en una estructura organizada. En el estadio Cibao, el único del país en poseer asientos a la redonda, sobrevive el recuerdo del equipo Santiago Béisbol Club, cuyos jugadores perecieron en la tragedia de Río Verde en enero de 1948. Y se halla enmarcado el 28 de enero de 1937 como el día que ocurrió el bautizo del equipo Águilas Cibaeñas durante una reunión de deportistas en el “roofgarden” del hotel Mercedes.
Luichy Sánchez, hijo de Juan Sánchez Correa, Inmortal del Deporte y directivo de las Águilas Cibaeñas desde 1952 hasta fallecer en 2003, informó que todos los equipos de beisbol que representaron al Cibao desde 1913 llevaban en la manga de su uniforme el águila tradicional. Y se denominó así al equipo “a fin de lograr la unión de los pueblos del Cibao”, relata Sánchez.
Es noviembre y son las 10:35 a. m. El terreno huele a hierba mojadita. Varias personas le dan mantenimiento al lugar que ha sido escenario de momentos memorables y jugadas de infarto. En los pasillos del estadio Cibao, las alas de las Águilas están por doquier. El lugar es un museo que atesora los rostros de las personas cuyos batazos y bases robadas han batido graderías.
Hay murales donados por el Centro León.
Figuras emblemáticas
La oficina de Winston -Chilote- Llenas, presidente del equipo, es hogar de pelotas autografiadas y demás recuerdos beisboleros. Su trato - afable- reivindica el ser cibaeño.
Para Santana Martínez, él, “el Chilote”, como le llaman, es la figura más emblemática de las Águilas Cibaeñas porque, aunque en el terreno no ha sido el mejor, ha estado en 19 de las 20 coronas del equipo, ejerciendo los roles de jugador, mánager, gerente general y presidente. “En todas las facetas ha sido exitoso”, justifica el cronista deportivo.
En el terreno han sembrado glorias Félix Fermín, mánager más ganador de un equipo dominicano; Miguel -Guelo- Diloné, considerado el jugador más excitante, y Tony Peña, llamado “El Jugador de la Patria”.
“Este equipo tiene muchas cosas especiales, pero una de las principales es que el pelotero que llega a las Águilas se convierte no solo en un profesional del béisbol sino en un fanático defensor del equipo”, asegura Martínez, oriundo de San Francisco de Macorís.
El parque más alegre del Caribe
El estadio Cibao es terreno de jonrones y también de baile. “Leña”, el merengue oficial de las Águilas suena en la séptima entrada y toda la fanaticada lo escucha de pie. “Es una forma de darle suerte al equipo”, refiere Luichy Sánchez.
Al ser hasta hace unos años el conjunto representativo de la región, el estadio Cibao servía de platea a la euforia de gente proveniente de distintas provincias. Algunas almas son parte de la leyenda por los episodios que protagonizaron. Aún se recuerda que en la séptima entrada varios fanáticos recorrían el play y se barrían de cabeza en el “home”.
Desde hace tiempo el mago Cucharimba desanda las butacas con sus trucos “mágicos” y hace décadas “El Guayaberudo” se batía encima del “dugout” y “El Vale Gregorio” recitaba décimas.
Hoy “El Aguilita”, la mascota del equipo, encarnada por Jochy Taveras, asombra por las ocurrencias del personaje que han reseñado medios nacionales e internacionales.
Y con un megáfono al hombro, “Junior Boutique” saluda, canta, baila y se la “busca” entre la fanaticada. El animador oficial del estadio es el locutor Albert Mena.
Aparte de ser declarado “el play más alegre del Caribe”, el estadio Cibao fue bautizado como “Valle de la Muerte”, porque era difícil ganarles a las Águilas en su casa.
“Eso se ha revertido un poco porque el equipo está ganando más fuera”, informa Santana.
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